El macaron simboliza la perfección de la repostería porque junta tres características básicas: color, textura y sabor, las cuales son muy difíciles de aunar en un solo producto. Este dulce tan delicado tiene como base la clara de huevo y la almendra, entre otros ingredientes, con lo que además, es perfecto para intolerantes al gluten.
Para mí el macaron es estético, selecto, personalizable, inevitable, bueno, único, elegante, delicado, difícil de superar, goloso. En definitiva, una delicatessen.
Une perfectamente el sabor amargo de la almendra con la dulzura del merengue y admite todo tipo de combinaciones gracias a su crema interior, tanto en el color como en el sabor.
Los sabores más solicitados son el chocolate, la frambuesa, el coco, el mango y la violeta, aunque hay muchas posibilidades, dependiendo de lo que busques.
Me gusta hacer macarons porque son muy técnicos, precisos y necesitas mucha concentración para elaborarlos. Estuve casi un año solo intentando que me quedaran a la perfección. Es como un vicio, cuando empiezas no puedes parar de hacer.
Los macarons de Claradou vienen en un packaging cómodo y resistente…
Perfecto para regalar en packs y quedar de fábula.
Mi preferido es el de coco. Espolvoreo un poco de coco crudo por encima y todavía lo hace más crujiente, pero este es solo uno de mis trucos.
¿Cuál elegirás?